martes, 4 de junio de 2013


 LA REVOLUCIÓN PEDAGÓGICA:

Una respuesta social

Desde hace no mucho, nos hemos adentrado en una nueva sociedad con características que la hacen radicalmente distinta a la anterior. Por este motivo requiere un cambio revolucionario desde nuestras aulas. 


Por un lado, se trata de un entorno mucho más complejo que nos exige especializarnos en un determinado ámbito del saber. Por otro lado, se configura como un lugar cambiante, donde lo que ayer valía hoy está obsoleto. Además evoluciona, no solo en espacios reales, sino también virtuales. A todo esto hay que añadirle su carácter democrático y globalizado, donde los medios de comunicación ejercen su influencia. Desde esta perspectiva los futuros ciudadanos precisan:
  • Formarse en materias del tronco común más variadas, sin perder de vista la cultura general y el enriquecimiento personal.
  • Orientar la educación hacia las nuevas tecnologías, atribuyendo los justos valores tanto al hombre como aparato tecnológico.
  • Formar ciudadanos responsables y comprometidos, con una mayor capacidad crítica que les permita actuar en y ante la polis y sus formas de gobierno.
  • Aplicar el juicio sobre la propaganda no fundamentada evitando la manipulación y seleccionando los medios que enriquezcan el conocimiento y no lo pudra.
  • Educar a corto plazo, solucionando  los problemas nuevos, en la acción, y vislumbrando el tipo de sociedad que se nos viene.

Ahora bien ¿Qué podemos hacer desde la educación para dar respuesta a estas necesidades? Por el momento:

  • Dedicar más calidad y menos cantidad de tiempo a la enseñanza del alumno. De nada sirven las eternas jornadas lectivas que separan al niño del momento del juego, propio e insustituible.
  • Seleccionar con exigencia a futuros maestros que destaquen por sus conocimientos, capacidades y aptitudes. Se terminó el maestro inculto, el que decide formarse en esta profesión y frustra su verdadera vocación. ¡Sean felices en otras carreras! ¡Hagan felices a los pequeños con su ausencia!
  • Impulsar la formación continua del profesorado ¿lengua inglesa, Nuevas Tecnologías? sí, pero no solo. También educación en valores, en resolución de conflictos, en inteligencia emocional, en saber ser y saber hacer.
  • Revisar las políticas educativas actuales y pasadas y plantearnos preguntas sobre los cimientos del sistema educativo. Un primer paso sería cuestionarnos la existencia de las escuelas, tal y como las entendemos hoy.
  • Invertir en investigación educativa y en recursos humanos y materiales.
  • Apoyar a los sectores más vulnerables mediante una educación pública, gratuita y de calidad y a través de inyecciones económicas. Ambas medidas son imprescindibles para reducir las temidas "brechas", tanto la educativa como la digital; líneas invisibles que separan a los que pueden costear su formación y acceder a la información de los que no tienen medios para hacerlo.

Por último y de manera más destacada, necesitamos la actuación más importante: Proponer desde las aulas una sociedad alternativa a la actual. Una "vía de retorno" que no asfixie la identidad de los pueblos, que respete sus tierras, sus aguas y sus aires y que nos permita ser felices a un ritmo tranquilo. En definitiva, una sociedad sencilla que no olvide quienes somos, dónde estamos y lo que duramos en esta vida.

Fdo: Mayka García Mendoza.

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